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viernes, 20 de junio de 2014

Un viaje por la Selva Negra con Eugenia Adam o las tribulaciones de una venezolana en el país de Merkel - Segunda parte

Seguimos con Eugenia Adam en Alemania. Hoy nos lleva del otro lado del espejo, al lado oscuro, donde frío, soledad y muerte también hacen parte del cotidiano.

TRISTEZA Y SOLEDAD
Los mayores de 60 años en Alemania tienen miedo a quedarse solos o a que los envíen a un asilo, razón por la cual muchas veces se quitan la vida. Para aliviar este estado de soledad han editado un CD por demás de exitoso Nie Wieder Alleine (Nunca más solo) que reproduce sonidos de la vida diaria con sonidos que hacen parecer que alguien está en casa. Los tracks tienen estos sugerentes títulos y se recomienda escuchar a bajo volumen:
- El refrigerador está lleno otra vez
- Darle una hojeada al periódico
- Secarse el pelo con la secadora
- Hora de lavar 
- Cualquiera tiene que ir al baño
- Freírse un bisteck
- Darse un baño
- Planchar una camisa.

A mí me quedó el corazón estrujado. ¿Qué cosa es esta? Perfección enferma de soledad. De eso tampoco se salvan los alemanes retornados, que son discriminados por sus propios paisanos.

BAJO TIERRA 
El cementerio principal de Karlsruhe es enorme y uno de los más antiguos de la zona y data de 1875. Tiene una parte musulmana, una judía liberal, otra ortodoxa, una parte para las víctimas de la 1ª Guerra Mundial y otra para la 2ª. Nunca había visto, salvo en películas y fotos, esas hileras de cruces de muertos del horror. Hay, cómo no, tumbas tradicionales tal cual estamos acostumbrados a ver en nuestros cementerios católicos. Pero encuentras tumbas con diseños muy particulares, con una escultura de hombre entrando al parecer por entre dos puertas que parecen unas torres, una abertura por donde va el difunto y a la vera del camino, atrás y sentada, se queda una mujer. 


La tumba de Alicia, con estrellas y una mariquita en la 'C' del nombre. 
Las coronas son muy diferentes y tienen arreglos con piñones, flores, espigas y hojas de pino. Según las leyes alemanas, seas de la religión que seas, tus restos deben ser enterrados; está prohibido tirar cenizas en el río-mar-jardín-etc y no puedes permanecer con las cenizas en tu casa porque es insalubre. Tiene jarritas para que las llenes de agua y riegues tu parcelita y por supuesto, no se oye ni el zumbido de una mosca. Aquí los muertos no salen a menos que vayan a la Alcaldía y pidan permiso. Como les vale una pasta, mejor se quedan bien muertos! Haupfriedhof en Haid und Neu Str. 62.








FARMACIAS
Lo de la rigidez alemana es 75% cierto: Me tocó comprar un medicamento para mi hipertensión y nadie me lo quería vender, sólo con prescripción. A todos en inglés les decía que si preferían verme morir y me recomendaban ir al hospital o al médico que ellos me indicarían. Les decía que si preferían que yo me muriera con lágrimas en los ojos. Me despedía con “-Remember my face” y se quedaban entre atónitos y ‘qué clase de loca es esta’. Finalmente lancé un lagrimón de 2 litros en la 4ª farmacia y me lo vendieron… Al menos el ‘boss’ al que tuvo que llamar la dependienta tenía corazón en el pecho. Moraleja: Llevar medicamento suficiente o un récipe médico con la indicación.

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